Nuestra Señora de Lourdes y XXVIII Jornada Mundial del Enfermo
El 11 de febrero se celebra a Nuestra Señora de Lourdes y XXVIII Jornada Mundial del Enfermo, asimismo se está transitando el Año Mariano Nacional en cuyo marco adquieren especial relevancia todas las celebraciones marianas.
El Año Mariano Nacional se extiende desde el 8 de diciembre de 2019 hasta el 8 de diciembre de 2020 y reúne importantes acontecimientos eclesiales: el jubileo por los 400 años del hallazgo de la imagen de Nuestra Señora del Valle, patrona de Catamarca; el 1° de abril la conmemoración de los 500 años de la primera Misa celebrada en territorio argentino en la bahía de Puerto San Julián; la celebración del IV Congreso Mariano Nacional (26 al 28 de abril) y el Congreso Teológico-Pastoral en septiembre.
Esta advocación de la Virgen María -Nuestra Señora de Lourdes- tiene su origen en Lourdes, Francia, donde el 11 de febrero de 1858 se produjo la primera de las apariciones de la Santísima Virgen a una niña de 14 años, María Bernarda Soubirous. De pronto, frente a una gruta tuvo la visión: “Alce los ojos -dice Santa Bernardette- miré hacia el hueco de la peña y vi que se movía un rosal silvestre que había a la entrada. Advertí luego en el hueco un resplandor y enseguida apareció sobre el rosal una mujer hermosa, vestida de blanco la cual me saludó inclinando la cabeza.” Bernardita, extasiada ante la visión se arrodillo y rezó el Rosario.
El 25 de febrero la Virgen le ordenó que removiera el suelo de la gruta, se originó un manantial en cuya cristalina agua Bernardita se mojó la frente: Ante el milagro, ciegos, tullidos, leprosos, recurrieron al manantial para curar sus dolencias. En la actualidad unos 5 millones de peregrinos acuden anualmente al Santuario de Nuestra Señora de Lourdes.
En total Bernardita tuvo 18 apariciones, en la del 25 de marzo, día de la Anunciación del Señor, le dijo: “Soy la Inmaculada Concepción.”
Por pedido especial de la Virgen a Bernardita en Lourdes hay una Basílica donde acuden los peregrinos para pedir por la salud. Cuando Bernardita tenía 22 años ingreso en el Convento de las Hermanas de la Caridad de Nevers, donde falleció el 16 de abril de 1879. En 1933 el Papa Pío XI la canonizó.
Dice San Maximiliano Kolbe: “En Lourdes la Inmaculada pasa las cuentas del Rosario y anima a Bernardita a que lo rece con Ella. Es un modo sabio de enseñarnos cómo debemos profundizar los misterios de Jesús, desde que vino al mundo hasta que coronó como Reina del cielo a aquella que fue su Madre. Pues bien, si deseamos conocer y amar a Jesús, debemos detenernos a meditar estos misterios en unión con Ella, susurrando y repitiendo incesantemente: “Ave María”
Dice el Papa Francisco: “María, la primera y perfecta discípula de Jesús, la primera y perfecta creyente, modelo de la Iglesia en camino, es la que abre esta vía de la maternidad de la Iglesia y sostiene siempre su misión materna dirigida a todos los hombres. Ella, la Madre de Dios, es también Madre de la Iglesia y, a través de la Iglesia, es Madre de todos los hombres y de todos los pueblos”.
Dice el Papa Francisco en su Mensaje para la XXVIII Jornada Mundial del Enfermo: "pienso en los numerosos hermanos y hermanas que, en todo el mundo, no tienen la posibilidad de acceder a los tratamientos, porque viven en la pobreza. Me dirijo, por lo tanto, a las instituciones sanitarias y a los Gobiernos de todos los países del mundo, a fin de que no desatiendan la justicia social, considerando solamente el aspecto económico. Deseo que, aunando los principios de solidaridad y subsidiariedad, se coopere para que todos tengan acceso a los cuidados adecuados para la salvaguardia y la recuperación de la salud. Agradezco de corazón a los voluntarios que se ponen al servicio de los enfermos, que suplen en muchos casos carencias estructurales y reflejan, con gestos de ternura y de cercanía, la imagen de Cristo Buen Samaritano. Encomiendo a la Virgen María, Salud de los enfermos, a todas las personas que están llevando el peso de la enfermedad, así como a sus familias y a los agentes sanitarios. A todos, con afecto, les aseguro mi cercanía en la oración y les imparto de corazón la Bendición Apostólica".
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