Crecer en esperanza
Aquí una reflexión que nos acerca Angélica Diez, misionera de Padre Kolbe, en este tiempo en el que se entrecruzan el temor, la inseguridad, la incertidumbre, la desesperanza, pensamientos amargos, desmoralizadores la toma de conciencia de nuestra propia vulnerabilidad, animando a crecer en esperanza.
“El mundo camina gracias a la mirada de muchos hombres que han abierto brechas, que han construido puentes, que han soñado y creído; incluso cuando a su alrededor escuchaban palabras de burla. No pienses nunca que tu lucha aquí abajo es del todo inútil. Al final de la existencia no nos espera el naufragio: en nosotros palpita una semilla absoluta. Dios no defrauda: si ha puesto una esperanza en nuestros corazones, no quiere destruirla con frustraciones continuas. Todo nace para florecer en una eterna primavera. Dios también nos hizo para florecer. Recuerdo ese diálogo cuando el roble pidió al almendro: «Háblame de Dios». Y el almendro floreció. (Papa Francisco 20/09/ 2017).
Esa catequesis de ayer del papa Francisco de “educar a la esperanza”, cuando han pasado tres años , nos invita a “crecer” en esperanza, a seguir confiando porque sabemos y creemos que: “Dios nos creó para la comunión, para la fraternidad, y ahora, más que nunca, se ha demostrado ilusoria la pretensión de centrar todo en nosotros mismos, de poner el individualismo en la base de la sociedad. ¡Pero cuidado! Pasada la emergencia del Covid 19 será fácil recaer en esta ilusión”.
En este tiempo que estamos transitando donde se entrecruzan el temor, la inseguridad, la incertidumbre, la desesperanza, pensamientos amargos, desmoralizadores la toma de conciencia de nuestra propia vulnerabilidad, el papa nos reanima a crecer en esperanza recordándonos: “Vive, ama, sueña, cree. Y, con la gracia de Dios, no desesperes nunca”. ¿Dónde apoya él su confianza? En el Señor: “Con Jesús podemos inmunizarnos de la tristeza”.
Crecer en esperanza es también mirar a nuestro alrededor y dentro mismo de la pandemia: hay hombres y mujeres que ponen sus conocimientos y descubrimientos científicos y tecnológicos al servicio de un bien común: procurar la salud, el restablecimiento humano, social espiritual de los afectados directamente y de sus familiares. Para ello es el mismo papa quien nos anima y nos desafía al mismo tiempo: “Donde quiera que estés, ¡construye! Si estás en el suelo, ¡levántate! Nunca te quedes caído, levántate, deja que te ayuden a levantarte. Si estás sentado, ¡ponte en camino! Si el aburrimiento te paraliza, ¡ahuyéntalo con buenas obras! Si te sientes vacío o desmoralizado, pide que el Espíritu Santo llene de nuevo tu nada. Obra la paz en medio de los hombres, y no escuches la voz de quien esparce odio y divisiones. No escuches esas voces. Los seres humanos, por muy diferentes que sean unos de otros, han sido creados para vivir juntos”. ¡Crezcamos juntos en esperanza!
Angélica Diez - Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.
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