Felicidades a los niños y niñas en su día!
Este domingo celebramos el Día del Niño en la Argentina, un día de muchas ilusiones para los niños y niñas. Aquí una reseña sobre su origen, las restricciones actuales y una breve reflexión.
La celebración comenzó en 1958, por una iniciativa de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ), quienes eligieron el primer domingo de agosto para celebrar el Día del Niño.
A propuesta de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF), a cargo de Gabriel Lerner, se propuso un cambio de nombre: “Proponemos dejar de decir ´día del niño´, porque queremos celebrar la diversidad de toda la niñez. Es muy importante que el Estado acompañe las transformaciones culturales que estamos viviendo e impulse cambios que colaboren en visibilizar inequidades, y favorezcan prácticas más inclusivas”.
Es así como desde esta mirada, comenzó a llamarse “Día de la niñez”.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), en cambio, estableció el 20 de noviembre como Día Internacional del Niño, y más allá de eso cada país tiene su fecha propia.
En este contexto de pandemia actual, no se recomiendan actividades en espacios cerrados, aunque estos encuentros no están prohibidos y el número máximo permitido para este tipo de eventos es de 10 personas.
Los espectáculos infantiles están permitidos al aire libre o en salas con distintos aforos según la jurisdicción.
El año 2021 nos encuentra con un 60% de los niños y niñas viviendo en la pobreza. “Una cifra que duele”, suele ser la frase que se utiliza… Pero le duele a la clase dirigente, cuando esta cifra escandalosa continúa creciendo en un país rico en recursos como el nuestro, tal vez de los más ricos del planeta?
Desde el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, quienes miden la pobreza en Argentina, hacer referencia al Barómetro de la Deuda Social de la Infancia, el cual representa un aporte al conocimiento sobre el desarrollo humano y social de las infancias residentes en el país desde un enfoque de derechos humanos. El abordaje metodológico si bien es eminentemente cuantitativo incluye aproximaciones cualitativas a las múltiples dimensiones del desarrollo humano de las infancias y adolescencia.
Los análisis que se realizan incluyen la evolución longitudinal, los ciclos vitales, y de modo prioritarios las desigualdades sociales, en siete dimensiones de derechos humanos:
- Derecho a la Alimentación.
- Derecho al hábitat de vida.
- Derecho a la atención de la salud.
- Derecho a la estimulación y socialización.
- Derecho al acceso a la información.
- Derecho a la educación.
- Protección especial contra el trabajo infantil.
La falta absoluta de resultados en estos indicadores, debe llamarnos a la reflexión por lo inadmisible del fracaso, y ese llamado a la reflexión en esta oportunidad creemos que debe surgir desde la sociedad civil, comenzando a ejercer una presión hacia la clase gobernante que al postulares para cargos en los que nos prometen brindar soluciones, deben generar condiciones para que ellas lleguen y se pueda revertir el escándalo de estos resultados.
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