Día Internacional de la Energía Limpia
El 26 de enero se conmemora el Día Internacional de la Energía Limpia, una fecha dedicada a reflexionar sobre el papel de las energías renovables en la lucha contra el cambio climático y la transición hacia un mundo más sostenible.
En un momento en el que las temperaturas globales baten récords y los efectos del calentamiento global se hacen cada vez más evidentes, esta jornada cobra una especial relevancia.
La Asamblea General de Naciones Unidas ha proclamado el 26 de enero como Día Internacional de la Energía Limpia, para conmemorar el aniversario de la fundación de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) en el año 2009. Lo que se busca con esta fecha es acelerar la transición energética global hacia energías renovables. Al crear un día sobre la energía limpia, la ONU destaca la importancia de que el mundo se dirija a sistemas energéticos más modernos, asequibles y sostenibles que ayuden a conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
¿Qué son las energías limpias?
Las energías limpias, también conocidas como energías renovables o energías verdes, son aquellas fuentes de energía que se obtienen de recursos naturales que son inagotables o que se regeneran de forma constante en un período de tiempo corto. Estas fuentes de energía no generan emisiones de gases de efecto invernadero ni contaminantes atmosféricos dañinos, contribuyendo así a reducir el impacto ambiental y el cambio climático.
Algunos ejemplos de energías limpias son:
- Energía solar: Obtenida del sol a través de paneles solares que convierten la luz solar en electricidad.
- Energía eólica: Producida por la fuerza del viento mediante turbinas eólicas que generan electricidad.
- Energía hidroeléctrica: Generada a partir de la fuerza del agua en movimiento, generalmente mediante represas o embalses.
- Energía geotérmica: Extraída del calor interno de la Tierra, aprovechando el calor natural bajo la superficie terrestre para generar electricidad o calefacción.
- Biomasa: Derivada de materia orgánica como residuos agrícolas, forestales o desechos orgánicos, utilizada para generar energía térmica o eléctrica.
Estas fuentes de energía limpia son sostenibles a largo plazo y contribuyen a reducir la dependencia de los combustibles fósiles, promoviendo un sistema energético más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
El panorama actual de las energías renovables
Según la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), las energías renovables representaron casi el 30% de la generación eléctrica mundial en 2023, un aumento significativo respecto al 20% de hace apenas una década. Este progreso ha sido impulsado por el descenso de los costos de tecnologías clave como la solar fotovoltaica y la eólica. Por ejemplo, el costo de generación de energía solar ha disminuido más del 80% desde 2010, según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
A pesar de estos avances, el camino hacia un modelo energético limpio está lejos de completarse. Actualmente, más del 60% de la electricidad global sigue dependiendo de combustibles fósiles, según el informe Global Energy Review 2023 de la IEA. Este desequilibrio subraya la necesidad de acelerar las inversiones y políticas favorables para las energías renovables.
Historias de éxito en energías renovables
Algunas naciones han demostrado que la transición es posible. En 2022, Dinamarca logró generar el 50% de su electricidad a partir de fuentes eólicas, convirtiéndose en un referente mundial. En América Latina, Uruguay destaca con un 98% de su generación eléctrica proveniente de energías renovables, gracias a una combinación de eólica, solar e hidroeléctrica.
En España, la capacidad instalada de energía solar creció un 33% en 2023, alcanzando un total de 26 gigavatios, según Red Eléctrica de España. Además, proyectos innovadores como las plantas solares flotantes, que optimizan el uso de espacios como embalses, están ganando popularidad.
El impacto ambiental y económico
El paso hacia la energía limpia no solo combate el cambio climático, sino que también tiene beneficios tangibles para la salud y la economía. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 4,2 millones de muertes prematuras al año se deben a la contaminación del aire, gran parte de la cual proviene de la quema de combustibles fósiles.
Por otro lado, el sector de las energías renovables se está convirtiendo en un motor económico global, generando más de 12 millones de empleos en 2022, según un informe de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA). La transición a fuentes limpias no solo mitiga el impacto ambiental, sino que también crea oportunidades laborales sostenibles.
Cómo podemos contribuir
Cada individuo puede ser parte del cambio. Desde la instalación de paneles solares en los hogares hasta el uso de vehículos eléctricos o la elección de proveedores de energía renovable, las decisiones diarias tienen un impacto acumulativo. Además, apoyar políticas que impulsen la transición energética y promover la educación ambiental son pasos esenciales hacia un futuro más limpio.
Hoy, más que nunca, el compromiso colectivo es esencial. Este 22 de enero, reflexionemos sobre nuestro impacto y tomemos medidas concretas para ser parte de la solución. Porque el futuro de nuestro planeta depende de las decisiones que tomemos hoy.
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