Cómo el mundo entrena docentes para la inteligencia artificial
¿Qué está haciendo Argentina al respecto? Aquí te lo contamos.

La irrupción de la inteligencia artificial está redefiniendo las aulas en todo el mundo. Los docentes, que históricamente enseñaron a pensar, hoy deben aprender a pensar con inteligencia artificial. Y mientras países como Corea del Sur y Estonia lideran estrategias estatales para capacitar a sus educadores, en Argentina una iniciativa privada se posiciona como pionera regional en este nuevo paradigma.
En Corea del Sur, el Ministerio de Educación lanzó en 2023 el programa AI Teachers First, una política nacional que ya formó a más de 15.000 docentes en el uso ético y práctico de herramientas de IA. La propuesta incluye módulos híbridos con laboratorios de práctica y entrenamientos en modelos generativos, con foco en personalización del aprendizaje y evaluación automatizada. El país asiático avanza así hacia un modelo de enseñanza profundamente transformado por tecnologías inteligentes.
En Estonia, uno de los países más digitalizados del mundo, el plan nacional AI Leap 2025 establece que todo docente debe certificar competencias no solo en el uso de tecnologías educativas, sino también en la comprensión crítica de los algoritmos que las impulsan. Lejos de enfocarse exclusivamente en la programación, Estonia pone el acento en la filosofía y la pedagogía crítica, apuntando a una formación integral que permita enseñar con conciencia tecnológica.
En este contexto internacional, Argentina comienza a dar pasos firmes gracias a iurika-symbiotics, una organización liderada por el tecnólogo y educador Sergio Rentero, que trabaja en alianza con instituciones académicas locales. Su propuesta: un programa formativo transversal que incorpora inteligencia artificial, pensamiento crítico, robótica, movimiento y emoción desde el nivel inicial hasta el universitario.
“No se trata de usar ChatGPT en el aula, sino de formar humanos capaces de gobernar inteligencias artificiales, no de ser gobernados por ellas”, sostiene Rentero, impulsor de un sistema modular que va desde la automatización básica hasta la filosofía del control algorítmico. El objetivo es claro: que el docente se convierta en la última línea de defensa de la inteligencia humana.
El programa, ya implementado en instituciones como La Escuela Alan Turing, propone un enfoque práctico y ético que incluye simuladores, casos reales y una certificación avalada por expertos en neurociencia, tecnología educativa y filosofía de la mente. En sus módulos más avanzados, los educadores aprenden a entrenar modelos locales, usar bases vectoriales y comprender los sesgos que puede amplificar la IA si no se la regula desde una perspectiva humanista.
“Queríamos romper con la idea de que la tecnología es neutral. Enseñamos a los docentes que cada herramienta tiene una ideología implícita, y que educar con inteligencia artificial no es solo una técnica: es una responsabilidad política”, agrega Rentero.
Mientras el mundo entrena a sus docentes para una nueva era, Argentina comienza a aportar una visión propia: una que reconoce que la IA no reemplazará a los educadores, pero sí desplazará a quienes no sepan integrarla con pensamiento crítico. Y, en última instancia, plantea una pregunta de fondo: ¿cómo formar a seres humanos que sigan siendo humanos en un mundo gobernado por máquinas?
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