Definir e impulsar el futuro de la ciudad
El impacto de la tecnología en el trabajo, la dificultad para la inserción laboral de los jóvenes, la educación en nuevos entornos, la necesidad de profesionalizar de los modelos de gestión local, los “vicios” de la política, por mencionar algunos temas, y como si fuera poco llega el Covid-19. ¿Y ahora?
¿Cuál es la agenda de las ciudades ante al menos estas características del entorno?
¿Hay una nueva agenda en los gobierno locales o continúan con la agenda anterior + Covid-19?
¿La enorme estructura de los gobiernos municipales está al servicio de la gente para liderar procesos que enfrenten las problemáticas que hay que enfrentar?
¿Los equipos de gestión municipal se arman atendiendo a los perfiles que cada área necesita o la selección de los funcionarios responde a otros parámetros?
Algunas de las preguntas que nos podemos formular para pensar cómo enfrentar los desafíos de construir ciudad en entornos tan complicados.
Hay una gran coincidencia que ante esa situación, la agenda no se puede hacer desde la individualidad. Es una acción colectiva con actores territoriales y focalizada en cada territorio.
El desarrollo territorial no es instantáneo, es un proceso que se lleva adelante con diferentes estrategias, consensuadas, con un verdadero liderazgo del gobierno municipal, pero con la participación de los diferentes actores territoriales.
La idea es seleccionar actores locales de diferentes sectores, animarlos, sensibilizalos, prepararlos, diagnosticar el territorio, buscar conseguir un pacto territorial que pueda ser sostenido en el tiempo independientemente de los actores políticos que gobiernen, tener estrategia, coordinar acciones, ejecutarlas.
El desarrollo territorial, se aborda desde una diversidad de dimensiones, todas ellas con importancia similar: lo social y humano, lo institucional político y cultural, el desarrollo ambiental, el desarrollo económico tecnológico y financiero.
La gestión territorial de tipo “ABL” ya fue. Son demasiados los problemas a resolver, es demasiada su complejidad, y es utópico pensar que la solución no debe ser colectiva, con la participación de especialistas, impulsando procesos virtuosos que movilicen los actores, estimulen la participación y brinden soluciones a la sociedad.
No hacerlo, no habilitar la construcción colectiva del territorio, será responsabilidad exclusiva de quienes decidan no hacerlo.
Hay que plantear estos procesos y también la SOSTENIBILIDAD DEL PROCESO, evitar que arranque y se muera.
Alain Jordá, un español reconocido como especialista en cuestiones de desarrollo territorial plantea algunas cuestiones:
Problema nº1: ¿cómo asegurar la continuidad en el esfuerzo de desarrollo?
La ciudad necesita mantener en el tiempo el esfuerzo de transformación más allá de los cambios políticos. ¿Cómo conseguirlo?
Problema nº 2: ¿cómo sumar al resto de actores a la transformación local?
La Municipalidad está sola en su esfuerzo de transformación. Los demás actores, cuando no se oponen, no contribuyen al esfuerzo
La solución parte de un liderazgo colaborativo
Con un liderazgo colaborativo, el Municipio conseguirá que los actores locales se impliquen en la transformación deseada. Para ello, daremos 3 pasos:
1. Detonaremos la innovación territorial
Para construir un proyecto de futuro sólido, diferenciador e ilusionante, necesitamos poner en juego la innovación territorial.
2. Definiremos su singularidad estratégica
La ciudad necesita diferenciarse y destacar para generar actividad y progreso. Un objetivo que va a ilusionar y unir a la ciudad.
3. Construiremos el mejor equipo para su ciudad
Solo tejiendo alianzas entre los actores locales la ciudad será capaz de transformarse para construir su nuevo futuro.
Dejamos aquí algunas ideas sobre un tema que continuaremos abordando y compartiendo con nuestros lectores.
BH
Comentarios