CONSTRUIR CIUDAD

Es necesario trabajar en lo específico del desarrollo local de Bolívar

Cada día miramos con más atención las debilidades de nuestro Bolívar que urge comenzar a corregir. Dejar de lado modelos del pasado, para avanzar en nuevas  estrategias que solucionen los problemas más urgentes de los ciudadanos.

Los modelos de gestión municipal “ABL” deben ser parte del pasado, para pasar a construir ciudades adaptadas al nuevo paradigma global (sostenibilidad ambiental, inclusión social, competitividad, digitalización, gobernanza, institucionalidad, participación) para las ciudades del S.XXI.

La falta de una apuesta por la definición de una agenda propia, distinta y diferenciadora de la de las demás ciudades, basada en potenciar las fortalezas propias y trabajar fuertemente sobre las debilidades que será necesario resolver.

El concepto de diferenciación debe estar claramente incluído en la agenda urbana bajo la denominación de “Marco Estratégico”, apoyado en la necesidad de resaltar la importancia decisiva de esta idea como base de la Agenda Urbana de cada ciudad.

El imprescindible el empoderamiento de Bolívar a partir de estimular la participación e interacción de los actores locales, de la sociedad civil, debilidad esta que hasta ahora pareciera imposible corregir ante la ausencia de una agenda que habilite mecanismos de participación.

Está claro que además existe la necesidad de que el Gobierno Nacional y el Provincial habiliten un entorno favorable para el desarrollo, pero no se debe esperar a que esas condiciones cambien, o a la proximidad de un nuevo acto electoral, para empezar a sobreactuar en relación a mecanismos de participación ciudadana que en el día a día no existen.

La asunción, por parte de cada ciudad, de que es ella la responsable de impulsar su propio futuro y que no debe esperar que sean otros (Gobiernos Nacional o Provincial) quienes vengan a encargarse de ello. Y ese sentido de interpretación del “empoderamiento” de las ciudades es el que parece ausente en el sentir nuestro Bolívar.

La ciudad debe marcar su hoja de ruta en vez de estar esperando “mágicas” convocatorias nacionales y/o provinciales que puedan aparecer para marcarle el camino a seguir.

Si la ciudad tiene su hoja de ruta claramente definida (deberá hacerlo en colaboración con sus actores locales), cada proyecto que lleve a cabo la acercará al objetivo final de su hoja de ruta.

Si no dispone de esa hoja de ruta, la ciudad irá dando bandazos, gastando recursos, eso sí, pero, al no disponer de un objetivo final propio, singular, no estará avanzando hacia ningún sitio y seguirá siendo una ciudad más, sin diferenciación alguna y, en consecuencia, también sin atractivo diferencial alguno para talento, empresas, jóvenes, profesionales o turistas.

Siempre se escuchan algunas voces que dicen: “¡nosotros ya estamos implementando!”. Sí claro, obviamente. Esto es como una persona que me dijera que ya come, bebe y duerme y que con eso ya es suficiente para vivir. Para vivir, quizá sea suficiente con eso.

Pero para vivir una vida plena, para sentirse bien, para ser feliz, falta un ingrediente básico y esencial: tener una misión en la vida, hacer aquello que más te llena (sea dedicarte a los demás a través de una ONG, trabajar la tierra, cantar, investigar o dedicarte a la política para mejorar la vida de tus conciudadanos). Solo mediante este tipo de “objetivo vital” la persona puede realizarse y “ser feliz”. Y ese objetivo, está claro que no es genérico sino que es diferente para cada persona.

A las ciudades les ocurre lo mismo. Por supuesto, que deben implementar estrategias efectivas. Eso es el comer, beber y dormir de las personas. Los requisitos esenciales para poder llamarse ciudades en el siglo XXI,  lo que debe hacer cualquier ciudad, lo genérico.

Pero cada ciudad necesita también tener su propia personalidad, su propia identidad, su especialidad, su visión de futuro, su misión, debe aspirar a alcanzar la excelencia en el ámbito que elija. Eso es lo específico, lo propio de esa ciudad que no será compartido con las demás, ese es su Marco Estratégico.

Y es únicamente a partir de su Marco Estratégico como la ciudad podrá desarrollar su propio futuro, aplicando sus estrategias de forma que mejore en sus diferentes ámbitos ciudadanos, pero avanzando siempre hacia su propia visión, diferente de la de las demás ciudades.

Ese marco estratégico debe ser trabajado en clave de ODS (Objetivos del Desarrollo Sostenible), en el contexto fijado por la Agenda 2030 de Naciones Unidad, agrupados en cuestiones sociales, económicas y ambientales, todas con igual grado de importancia, ninguna prevaleciendo sobre las otra.

Para ello en Bolívar será necesario dejar de relatar aquellos problemas que los bolivarenses vemos como partes de nuestras debilidades y empezar de una vez por todas a profesionalizar aquellas acciones que nos llevarán a construir por nuestra cuenta nuestro propio desarrollo, sin esperar soluciones mágicas que difícilmente llegarán

Será necesario ponerle el despertador a áreas dormidas como innovación, producción, desarrollo local, que más allá de lo absurdo de no encontrar acciones llevada adelante por  esas áreas en el día a día de nuestra ciudad, estará por delante el problema del enorme perjuicio que la inacción genera a los ciudadanos que necesitan soluciones.

Abordar la problemática de la atención de la salud, ir dando pasos para dejar de expresar la frase tan conocida “Bolívar tiene un único efector local en materia de salud”, para ir dando pasos de manera que el problema no nos explote en las manos en un futuro tal vez cercano.

Estimular la capacitación y acompañamiento a emprendedores, desarrollar espacios que trabajen seriamente en el tema, sin falsos paternalismos que nada generan, y buscando aportar soluciones sobre todo a las necesidades de empleo  de los jóvenes, cada vez más desilusionados  con una clase dirigente que no acerca soluciones.

Democratizar las instituciones, muchas de ellas cerradas a la participación como si esa fuese la forma que se necesita, aunque veamos a algunas muy simbólicas para los bolivarenses ”cayéndose a pedazos”

En síntesis,  comenzar a abordar un plan estratégico, en clave de ODS, apoyado en nuestras fortalezas y buscando resolver  poco a poco nuestras debilidades, en contexto de un entorno que no es muy favorable, pero que es el que hay.

Ojala se habiliten mecanismos para “poner el despertador”, hacer conciencia que las soluciones nos las damos en forma colectiva, con la participación de todos, convencidos que el hablar en primera persona, el YO, lejos de traernos soluciones, nos perjudica.