Novena a San Cayetano cuarto día
Compartimos desde el Centro Catequístico Misionero San Cayetano, el cuarto día de la Novena.
Cuarto día: lunes 1 de agosto
Rezamos por los difuntos
Pedido de perdón:
Vos, el Primero de entre los muertos. Señor, tené piedad.
Vos, el Vencedor de la muerte. Cristo, tené piedad.
Vos, la Resurrección y la Luz de la Vida. Señor, tené piedad.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan (11, 17-27)
Cuando Jesús llegó, se encontró con que Lázaro estaba sepultado desde hacía cuatro días. Betania distaba de Jerusalén sólo unos tres kilómetros. Muchos judíos habían ido a consolar a Marta y a María, por la muerte de su hermano.
Al enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la casa. Marta dio a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas».
Jesús le dijo: «Tu hermano resucitará».
Marta le respondió: «Sé que resucitará en la resurrección del último día».
Jesús le dijo: «Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto? ». Ella le respondió: «Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo». Palabra del Señor.
La oración por los difuntos nos une a todos en un profundo gesto de amor y de esperanza. Todos compartimos la experiencia de la partida de un ser querido. Por la fe formamos la familia de los Hijos de Dios, tanto los que peregrinamos como quienes ya partieron junto a Dios y nos acompañan en la comunión de los santos. Por el amor de Dios sabemos que unos rezamos por los otros. En este día recemos en especial por todos los peregrinos que se han reencontrado con nuestro Padre Dios. Y que ellos desde los brazos misericordiosos del Padre alienten, estimulen y ayuden a sus seres queridos que continúan peregrinando para ser fortalecidos y renovados en la esperanza cierta de la resurrección.
Jesús ofrece para todo un camino seguro hacia la Vida sin fin.
Ante la partida de un ser querido deseamos tener paz y alivio en el corazón. Por la pandemia muchos hermanos experimentaron en medio del desgarro la imposibilidad de acompañar al ser querido en sus últimos momentos y despedirse de él para poder elaborar el proceso de duelo.
Si confiamos nuestra vida en las manos de Dios como lo hizo san Cayetano caminaremos hacia el reencuentro definitivo con aquellos que nos precedieron en la fe.
Gesto: Encendemos una vela frente a las fotos de nuestros seres queridos difuntos y rezamos una oración por su eterno descanso y por los peregrinos del Santuario fallecidos este último año. Pedimos el consuelo y la esperanza para sus familiares.
Oración a san Cayetano
Dios de todo consuelo, Padre misericordioso, que ves en lo secreto y conocés nuestras necesidades, que alimentás a los pájaros del cielo y vestís los lirios del campo, te pedimos, por intercesión de san Cayetano, que nos des fuerzas para arrepentirnos de nuestros pecados, de modo que, viviendo en amistad con Dios y con todos nuestros hermanos, no nos falte el pan y el trabajo de cada día.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Padrenuestro, Ave María y Gloria.
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