La responsabilidad no se delega
Los presidentes, gobernadores, intendentes, gerentes, quienes lideran organizaciones, delegan autoridad para conseguir objetivos, resultados, pero no delegan responsabilidad.
Los líderes arman equipos para que funcionen y consigan resultados. Tienen como principal responsabilidad de la planificación para conseguir resultados.
Para ello arman equipos, con gente capacitada para ejecutar las estrategias que lleven a conseguir los objetivos, los que deben ser monitoreados, controlados todo el tiempo, para corregir los desvíos, si es necesario re planificar, rearmar los equipos, capacitar. Pero los resultados deben ser alcanzados.
En el caso de quienes lideran en los diferentes Estados, la responsabilidad es aún mayor, porque tienen el mandato de una sociedad a la que representan y a la que tienen que darles respuestas junto a los equipos que eligen.
Por ello, si los resultados no se consiguen, las estrategias deben ser nuevamente pensadas o los equipos deben ser cambiados, o ambas cosas.
Pero los resultados deben conseguirse, los objetivos cumplirse.
La pobreza, la indigencia, la inseguridad, el desempleo, el sub desarrollo, por mencionar algunas cuestiones, son responsabilidad de los que lideran.
La responsabilidad no se delega. Es un principio básico de la administración. Quién no lo entienda o busque justificación a los resultados que no consigue, debe replantearse esta actitud, o habilita a pensar que responde a otros intereses.
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