Plantar un cielo
Compartimos un mensaje basado en la solidaridad que nos hace llegar Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe.
Caminando por la vereda de la vida, la de todos los días no podemos quedar indiferentes ante un “paisaje” que no siempre resulta agradable: negocios cerrados, persianas bajas que indican ausencias o “indicios de contagios”… Es un panorama poco alentador. ¿Qué hacer? ¿Podemos realmente hacer algo?
El buscador de Dios encuentra en la oración una respuesta ante las dificultades y tiende a “plantar un cielo en la tierra”. “Ver a Dios en la criatura, ver a Dios hecho mortal, ver en humano portal la celestial hermosura”. Así como expresa la liturgia en tiempo de Navidad existe una realidad cotidiana de la cual brota la esperanza porque Dios se encarnó para amarnos con un corazón humano sin estar ajeno a cuanto nos suceda. Hemos contemplado al Niño en el pesebre, lo hemos visto crecer y ser bautizado por Juan Bautista en el río Jordán. “ Por el Bautismo somos sacerdotes, la forma más concreta de ser sacerdotes es intercediendo ante Dios, es decir presentando al Altísimo todo lo que toca nuestra vida: lo bueno y lo malo, lo personal y lo comunitario, lo propio y lo ajeno, lo que tiene que ver con la Iglesia y lo que es del mundo, lo que acontece en mi entorno y lo que ocurre en el otro extremo del planeta". (Monseñor Gabriel Mestre, obispo marplatense).
De aquí brota esa certeza de “plantar un cielo en la tierra”:“Jesús está presente en tu vida, camina contigo: dónde vayas te estará esperando. Porque Él no solo vino, sino que viene y seguirá viniendo cada día para invitarte a caminar hacia un horizonte siempre nuevo”. (ChristusVivit). Él nos anima a ejercer el bautismo intercediendo por los hermanos , con la oración , tendiendo la mano, con un gesto de creatividad que nace ante una necesidad cuando alguien sufre o está enfermo. Hay tantos - conocidos o no - que padecen las consecuencias de esta pandemia; los de casa, los vecinos, los de los múltiples servicios públicos, tantos que en el mundo entero se ven afectados. “… la emergencia nos hace comprender cuánto dependemos de la solidaridad de los demás y nos empuja a servir a los que nos rodean de una manera nueva. El peligro de contagio de un virus debe enseñarnos otro tipo de 'contagio', el del amor, que se transmite de corazón a corazón. Que atravesar esta pandemia sea una ocasión para hacer florecer la cercanía entre nosotros”. (Papa Francisco).
Angélica Diez, Misionera de la Inmaculada Padre Kolbe, Olavarría.
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